del Blog de padre Livio - Radio Maria Italia - 08 de Marzo 2022

Queridos amigos,

Con el mensaje del 25 de julio de 2019, Nuestra Señora había anunciado el tiempo de la prueba, anticipando que el pecado reinaría, pero que venceríamos refugiándonos en su Corazón y en el de su Hijo Jesús.

Unos meses después comenzó una pandemia que ha conmocionado al mundo y cuyo origen no está claro, y ahora ha estallado una nueva guerra caracterizada por una violencia extrema.

Una vez más satanás visitó Europa con su poder de muerte, odio y miedo, y está decidido a "destruir nuestras vidas y el planeta en el que vivimos".

Las preguntas se agolpan en nuestras mentes confusas y agitadas y existe un gran peligro de ser abrumados por las olas de información y emociones que desvían y conducen a callejones sin salida.

De ahí la absoluta importancia de Seguir a la Reina de la Paz que terminó su último mensaje con palabras inequívocas: “Dios me ha enviado a vosotros para guiaros”.

Nuestra Señora llegarà hasta el final de este Vía Crucis de salvación, descendiendo cada día a la tierra y consolándonos con la Gracia y la luz de sus mensajes.

Junto a Nuestra Señora seguimos a la Iglesia, de la que Ella es Madre, que nos guía sabiamente, como siempre ha sucedido incluidos los momentos más dramáticos, permaneciendo fieles a quien es su Pastor universal.

Nuestra Señora nos ha pedido muchas veces que oremos por un plan que está llevando a cabo. Su ojo ve los planes infernales de satanás y nos los revela cada vez, instándonos a orar y ayunar.

Cuantas veces, en estos años de su presencia, Nuestra Señora usó los engaños de satanás para implementar el plan de salvación. Es el método de Dios, que usa el mal para obtener un bien mayor.

Ahora que satanás ha logrado iniciar una guerra cuyo resultado puede ser catastrófico, no debemos dejarnos paralizar por el miedo y perder la esperanza, como si Dios no gobernara el mundo y no hubiera enviado a María como Reina de la Paz.

A cambio, debemos seguir los acontecimientos día a día, vigilantes en la oración y activos en el bien, de manera de construir un dique contra la propagación de la iniquidad.

De hecho, Nuestra Señora, después de habernos anunciado durante años, ya está derribando el mundo sin Dios que neciamente hemos construido y lo veremos cada vez más adelante.

Serán los que lo construyeron y que son los dueños a enterrarse por ellos mismos. Eventualmente, todos aquellos que querían reemplazar a Dios serán miserablemente destruidos.

No está lejano el tiempo en que serán "los oprimidos, los pobres y los que no tienen voz en este mundo" los que cantarán el Aleluya de los nuevos tiempos.

Vuestro padre Livio