Reflexión sobre el Mensaje de la Reina de la Paz en Medjugorje

Reflexión sobre el MENSAJE DE LA REINA DE LA PAZ DEL 25 DE FEBRERO

de: el blog de p. Livio - Radio María Italia - 08 de Marzo 2022


Queridos amigos,

Los últimos Mensajes, en particular, dados por Nuestra Señora, son de una densidad increíble. Los leemos, pero no entendemos bien lo que nos dice la Virgen, la profundidad que nos revela, el peso que tiene cada palabra.

En estos días vemos imágenes provenientes de quienes están en Kiev, y nos muestran que lo que nos parece imposible puede suceder, y sin embargo sucede. Nos parece casi imposible que la crueldad humana y la de la guerra puedan llegar a límites inimaginables, golpeando a mujeres y niños inocentes como si nada. Todo esto, queridos amigos, lamentablemente es cierto, y nos deja consternados.

Lo que está sucediendo es exactamente lo que Nuestra Señora nos dijo: "Hijitos, ayúdenme con la oración, para que satanás no prevalezca. Su poder de muerte, odio y miedo ha visitado la tierra". Las imágenes que vemos son de odio por los que destruyen y de miedo por los que huyen.

Nuestra Señora en el Mensaje del 25 de febrero anticipó este tremendo panorama, pero al final del Mensaje nos dijo la palabra más importante: "...por eso Dios me ha enviado a vosotros para guiaros"...

En este momento de ansiedad por el futuro, en este momento en el que corremos el riesgo de caer en un estado de confusión, postración y miedo - por qué nunca nos habríamos imaginado que lo que sucedió durante la última guerra mundial se repetiría hoy, y tal vez incluso en términos más crueles - el hecho de que la Virgen nos haya recordado, una vez más, que Dios nos la ha enviado para guiarnos, es de gran ayuda psicológica y espiritual. Es un gran consuelo y una presencia absolutamente necesaria.

Está claro que corremos el riesgo de entrar en una situación de confusión, también alimentada por emociones fuertes, por lo que ya no podemos distinguir lo blanco de lo negro, lo verdadero de lo falso, lo correcto de lo incorrecto; de ahí la importancia de los Mensajes de Nuestra Señora, que no entra en detalles, sino que revela la situación exactamente como la ve el Cielo. El Cielo ve a satanás que se impone, quiere prevalecer con su poder de odio, de la muerte y del miedo, y lo vemos en muchos relatos e imágenes reales de personas que huyen. Desde el Cielo se puede ver claramente este mundo sin Dios, que no tiene fronteras, este mundo con sus élites que se han armado cada vez más en los últimos años, que compiten por el dominio mundial, que imaginan una creación distinta a la que Dios tiene para nosotros, para crear algo nuevo y único para ellos. En este mundo sin Dios vemos la multitud sin límites de los pisoteados, los pobres y los que no tienen voz.

Una cosa que observé de inmediato es que en los últimos Mensajes, Nuestra Señora no nos pedía que oráramos por la paz, pero evidentemente no quería ser genérica. Quería dirigir nuestra mirada hacia aquellos que en este momento son pisoteados, son pobres y no tienen voz, y que son víctimas de este mundo sin Dios, diciendo que por la paz, ante todo, debemos orar, ayunar, hacer renuncias y buenas obras para con estas personas que están a merced de la furia.

Así que queridos amigos, la única forma que tenemos de no ser víctimas de los engaños satánicos, de la mentira - que es la sinfonía más amada por el diablo, que miente descaradamente en todo, en cada movimiento, en cada tentación - lo primero que debemos hacer es ponernos a la luz de María, seguir sus mensajes. Tenemos esta gracia de Nuestra Señora, que nos dice cómo son las cosas, nos dice qué debemos hacer, a quién debemos seguir, es decir, ella: “Dios me envió para guiaros”.

Entonces debemos poner en práctica esta invitación de la Madre. Estamos en un momento de desánimo y miedo, pero nunca debemos perder de vista las palabras de María y sus enseñanzas.

por MiIglesia

En las apariciones de Medjugorje, se puede decir que la Virgen María ha cambiado su estrategia. En todas las otras apariciones marianas, incluida aquella de Fátima, la Virgen María nos avisaba de lo que estaba por llegar, pero el género humano nunca escuchó.

Esta vez, a parte el hecho que inició con 40 años de anticipo, nos ha guiado sin decirnos que va a pasar, sino dándonos directamente las instrucciones de qué hacer para mitigar lo más posible lo que va a pasar. Decimos que, en todos los mensajes nos daba pequeños y humildes (como es característica magnífica de la Virgen) acertijos en qué, poco a poco, nos hemos enganchados, intentando entender el por qué nos decía lo que nos decía, intuyendo que Ella sabía con anterioridad que algo habría pasado sin saber, nosotros, qué sería.

Claro que la receta siempre es la misma ya que el combate que estamos haciendo - si alguien no lo hubiera todavía entendido - es principalmente ESPIRITUAL. Un mal así detalladamente organizado y difundido en todo el planeta, a todos los niveles de la naturaleza humana, intentando (y consiguiéndolo demasiadas veces) pervertir todos los pensamientos y las acciones humanas, adoctrinando a la perversión desde la niñez a través la "educación" obligatoria, no puede ser solo el fruto podrido de los hombres. Los sombres son solo una herramienta. No tienen tal capacidad de organización ni de conocimiento de si mismos que la gran precisión con que está pasando todo esto, revela. Esto quiere decir que nosotros seres humanos somos víctimas del cornuto llamado diablo (que existe cuanto existe Dios) y que nos está usando para que nos destruimos los unos a los otros y de paso destruir también el planeta.

Por eso NO DEBEMOS CAER EN SUS ENGAÑOS. Debemos hacer lo que la Reina de la Paz nos pide: orar, ayunar, hacer renuncias, obras de bien, perdonar, no caer en los sentimientos de odio porque es exactamente lo que satanás quiere para que perdamos también nuestra alma y nos haga sus esclavos para la eternidad.

No caigamos en la tentación de pensar que los buenos están solo de un bando y los malos del otro. Aquí el verdadero enemigo es el diablo y los poderosos que, sin darse cuenta (o a lo mejor porque lo han elegido) son marionetas de satanás.

Ningún pueblo ha querido la guerra entre Ucrania y Rusia. Ni los ucranios, ni los rusos, ni los europeos, ni los americanos. Aquí los poderosos e inicuos están siguiendo el príncipe de éste mundo que nos quiere aplastar, incrustando en nuestro corazones el odio y la venganza mezclados a sentimientos de "justicia". Este es el engaño que satanás nos tiende para llevarnos a sus abismos. Que no nos dejemos engañar! Hay que orar y Nuestra Señora orará con nosotros.