del blog de p. Livio - Radio María Italia

10 de marzo - Año del Señor 2022

Queridos amigos,

Ya han pasado algunos días desde el estallido de una nueva guerra, en la que estamos indirectamente involucrados, pero aún no nos damos cuenta de la magnitud del evento.

Fue necesario el mensaje de Nuestra Señora y la voz de corazón del Papa para hacernos comprender que algo extremadamente grave ha sucedido, como nunca antes en la historia.

La mentira que reina en el mundo hace todo lo posible por encubrir el peligro real y hacer que la gente acepte la idea de que todavía es posible una guerra con armas tradicionales, sin recurrir a las de exterminio masivo.

En cambio, debemos tener la certeza de que serán utilizados, como ya sucedió al final de la Segunda Guerra Mundial, porque esta es la lógica del odio contra Dios y contra el hombre.

A lo largo de su presencia, Nuestra Señora siempre ha hablado claro, indicando los planes de satanás, que quiere destruir nuestras vidas y nuestro planeta y arrastrar a la multitud de almas al infierno.

En su último mensaje fue aún más clara, porque nos advirtió que satanás está decidido a prevalecer, es decir, a destruir ahora la obra de creación y redención.

¿Quién podría dudar? ¿Hay alguien que piense que satanás se apiada? ¿Tiene un rincón de bondad dentro de él? ¿Quién nos tratará bien en última instancia si le servimos? Lamentablemente, entre las élites mundiales también están estos desafortunados.

La verdad - que no encontramos en la comunicación mundana y que no queremos ver aun cuando Nuestra Señora nos la muestre - es que nuestro mundo está cayendo en un abismo y nadie es capaz de gritar: ¡PAREMOS!

Lo cierto es que en las últimas décadas nos hemos propuesto construir un mundo cada vez más inhumano, cada vez más injusto, cada vez más falso, cada vez más asfixiante. Es un camino sin verdad, sin libertad y sin paz. Es el mundo de la esclavitud del dinero (y de la perversión a todos los niveles -ndr MiIglesia). Es el mundo que ha eclipsado a Dios.

Es un mundo cegado, irresponsable, demente, que cultiva en su corazón la idea de una nueva guerra mundial para determinar quién es el más grande (y poniéndonos todos contra todos para que nos destruyamos entre nosotros - ndr. MiIglesia).

Este es el plan de satanás, pero Nuestra Señora no lo permitirá y protegerá a "los oprimidos, los pobres y los que no tienen voz en este mundo sin Dios".

El plan de la Virgen María Reina de la Paz, se puede hacer con mayor eficacia si aquellos que han tenido la gracia de ser llamados, ponen en la agenda su verdadera conversión.

Que no nos suceda como a las Vírgenes insensatas que, a la venida del Esposo, se encontraron sin aceite en las lámparas.

Vuestro padre Livio